domingo, 17 de enero de 2010
Y fue una fiesta... (Amaral)
Y fue una fiesta,
cantaba el viento,
cantaban los hombres,
cantaba la sangre
como el agua del rió,
y juntos éramos las torres
del sol,
para esta vida nos sobra
corazón,
nuestras manos tienen formas
ancestrales,
y para este amor crecimos;
Por la ciudad se derraman
las calles y las direcciones
difusas,
pero hacia tu puerta
circulan corrientes volcánicas,
besan las flores y se duermen
a tus pies puros,
pequeños destinos de mi esperanza,
porque tu cuerpo es para mi
como bailarina de cristal,
y si no deseara tanto tu piel
bajo mi piel,
quizá no te tocaría,
ni un roce mínimo,
celeste,
a veces,
de vez en cuando te prefiero así,
en la distancia,
pura,
sin mi respiración acoplada
a la tuya,
sin mis manos ásperas
en tus senos como palomas dormidas,
pero mi deseo te prefiere
en mi cama y mi amor
en la mañana,
despierta y reposando dulce,
sobre mi pecho,
que a esa hora contiene el mundo,
de tanta dicha,
de tan crecido.
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