martes, 19 de enero de 2010

Por mi calle... (Amaral)

Por mi calle,
vendedor de limones,
pregones amarillos como medio día;

Por mi calle,
tropa de niñas y pandorgas,
mujeres amarillas;

Por mi calle,
saltaba tu pollera violeta,
tus muslos de madera clara;

Por mi calle,
limoneeeesss, limonessss ¡¡¡
para niñas sin amores ¡¡¡

Por mi calle,
tu comprabas limones
y corazones.

domingo, 17 de enero de 2010

Como semilla de limon... (amaral)

Tu cuerpo pequeño,
Tu cuerpo sin otoños
Duerme despacio junto a mi,
Tu boca fresca besa muda el hondo
Silencio;
La noche es un tren muerto,
Y tu,
Una estación de cumple años;
Te prefiero en la madrugada,
Tan callando,
Tan inmensamente dulce,
Con mis manos imprecisas,
Tensas,
Distanciadas ;
Mi amor desperdigado,
Casi desperdiciado,
Allá quien me estremece,
Al sur quien me inquieta,
Y en mi cama tu me subes
A la sangre por la escalera
De los ojos,
Solo cuando duermes,
Cuando tu boca en silencio
Parece buscar otra boca,
Y mi boca muere por posarse
en el pimpollo casi rosa
de tus labios,
y es un instante,
un instante como el mundo,
luego la noche,
y tu surcándola,
quieta,
silenciosa.

Que locos estamos (Amaral)

Que invierno
poblado de manos,
que verano silencioso,
que locos estamos;
Esta locura mía se salva del mundo,
la cordura es un mal sueño,
un triste despertar del hombre,
hurtarle su esperanza
quitarle al hombre la locura
es sacarle el pan de la mesa,
quitarle la locura
es quitarle el sol de cada mañana…
que locos estamos..
decíamos,
cantábamos,
que locos estamos,
estábamos,
somos,
seriamos,
seremos,
estaremos ¿

Mi amor es un ave... (Amaral)

Mi amor es un ave,
ayer la veía dormir;

Mi amor es un ave,
un ave roja,
multicolor;

Mi amor es un ave,
hoy la veía dormir,
su cabeza posada
en la almohada;

Mi amor es un ave,
la veía dormir,
mi amor es un ave.

Me quedo contigo... (Amaral)

He soñado princesas,
Hadas y carrozas,
Hasta ratones,
Y tú no estabas;
Soñé amores para cada día,
mujeres eternas,
y tú no vivirás tanto;
Mis ojos persiguen curvas,
formas carnales,
duras de guitarra,
y tus formas son apenas de mujer;
Mis manos se han ido,
persiguiendo la brisa
perdidas de mujeres extrañas,
y ninguna era tu brisa,
tu aroma;
Todas llegan,
vienen,
se van,
se fueron;
Las princesas desaparecen
en la mañana,
tu dormías a mi lado;
Las mujeres cotidianas acaban estorbando
en los cajones,
se vuelven antigüedades sin caricias,
casas huecas,
La brisa sin destino ni ahora se desvaneció en los otoños
Aquí alivia los veranos el viento fresco
y alto de tu risa,
completa el mundo,
sonríe en los ojos;
Adiós a las princesas,
A las duras guitarras sin acordes,
adiós a los aires viciados,
a las formas huecas,
a las caricias de nadie y de todos,
me quedo contigo;
Aunque lo sepas y no,
aunque lo creas a veces,
y no,
me quedo contigo.

Por no oir... (Amaral)

Por no oír tus palabras
espinudas y salvajes como cardos
me enredo en manos y besos,
en sexo y lupanares,
pero hoy en las desnudas horas solitarias,
he vuelto a amanecer con tu nombre
mordiendo mis labios;
No hay fosa,
cima o abismo en el que no habites,
me e quedado sin zona,
todo lo invades con tus flechas de agosto,
tu arco de fuego,
tu escudo de besos;
Han venido tantas y tantas se han ido,
como vanas han sido las promesas,
vanos los versos,
vanas mis manos sin las tuyas;
Todo se parece tanto a ti,
esta mañana,
la sombra que sin ti llega,
este silencioso vació;
Te busco en la rosa negra de la noche,
en el calor abandonado de la cama,
por si aparecieras enredada en mi insomnio,
pero ahí esta todo,
todo lo que no eres,
y al final de la noche un puñal de hielo,
una casa abandonada.

...... (Amaral)

Y mi piel se volvió infinita,
ancha como el mundo,
clara como la noche,
y fue su mano,
un instante,
su mano en la mía.

Te regalo un verso (Amaral)












Te regalo un verso,
paloma en el viento marino,
desde mi humana estatura,
un verso lanzado al aire,
una flor sin pertenencia
explicita,
te regalo los versos llenos de pena,
plenos de luz,
completos de mi,
símbolos huecos,
casas mudas,
abiertas copas de lluvia;
Te regalo versos,
versos sedientos,
con hambre y sin dios.

Bien se... (Amaral)





Bien se que fuiste construida
a golpes de belleza,
de subterfugios y estrategias,
que no eres más que un espacio fresco,
cotidiano,
viviendo dentro del día,
cantando al sol,
bailando con pies cristalinos,
tus pies ligeros
que reclaman a la brisa
su color,
tu risa que salta y se cuela
en los espacios del corazón,
de nuestros débiles corazones;
Y si,
fuiste hecha para más
que un nosotros,
para no nombrarte,
para no decirte y hacerte
el amor,
cerca del oído,
no puedo amarte,
no podemos,
entiendes ¿
amarte no podemos,
no nos deja tu honda propiedad
virtuosa,
los hombres no fuimos hechos
para tanta belleza,
no estamos acostumbrados;
para los hombres no fue hecha
tanta belleza,
tanta belleza se parece al dolor
y no.

Tu casa de media sombra (Amaral)


En tu casa de media sombra
se entornaron los besos,
el perfume de tu cuerpo
vistió mis manos de frutos y trinos;
En tu casa de media sombra
se desnudo el amor,
vistiéndose con tu sexo de trigo,
las ventanas estallaron
y el sol sembró sus hijos de pan
sobre las sabanas;
En tu casa de media sombra
use tu corazón de almohada,
tu piel de paz,
tus labios de pena dejaron escapar
ríos de hambre,
y nos saciamos en el tiempo de una noche
que se quebró en tus ojos;
En tu casa de media sombra
se a perdido tu cuerpo en mis brazos,
sobre la alfombra se escurrió el amor,
dormido y sin riesgo,
cuando me fui cargando la esperanza
de no hallar,
de haber perdido el rumbo
a tu casa de media sombra.

Y fue una fiesta... (Amaral)



Y fue una fiesta,
cantaba el viento,
cantaban los hombres,
cantaba la sangre
como el agua del rió,
y juntos éramos las torres
del sol,
para esta vida nos sobra
corazón,
nuestras manos tienen formas
ancestrales,
y para este amor crecimos;
Por la ciudad se derraman
las calles y las direcciones
difusas,
pero hacia tu puerta
circulan corrientes volcánicas,
besan las flores y se duermen
a tus pies puros,
pequeños destinos de mi esperanza,
porque tu cuerpo es para mi
como bailarina de cristal,
y si no deseara tanto tu piel
bajo mi piel,
quizá no te tocaría,
ni un roce mínimo,
celeste,
a veces,
de vez en cuando te prefiero así,
en la distancia,
pura,
sin mi respiración acoplada
a la tuya,
sin mis manos ásperas
en tus senos como palomas dormidas,
pero mi deseo te prefiere
en mi cama y mi amor
en la mañana,
despierta y reposando dulce,
sobre mi pecho,
que a esa hora contiene el mundo,
de tanta dicha,
de tan crecido.