escribir al sol y mandarinas,
a tu nombre,
los versos se desencadenan
como perlas,
leerte a la tarde,
a tu silencio,
palabras como caricias,
abrazarte y no,
incluirse en mi voz circular,
a tus ojos cerrados,
la belleza de tu rostro
cuando no mira,
el imán de tu piel,
el tambor sonoro
y terrenal de tu corazón.
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